“Sobre esta roca edificaré mi iglesia.”Promesa de Cristo, según Mateo 16:18.  Cordialmente, le invitamos a conocer a la...Iglesia que Cristo edificó.

La más antigua. La original. 
La que recibió instrucción apostólica.
La que está “bajo el régimen (pacto) nuevo del Espíritu”.

Respetado lector, al contemplar usted la profusión de iglesias y religiones que existen en nuestro mundo de actualidad, ¿acaso se sienta un tanto preocupado, confundido o desalentado? ¿Se pregunta cuál de ellas predica la pura verdad de Dios? ¿Acaso repita el refrán "Todas son buenas; todas buscan lo mismo"; pero no se afianza definitivamente en ninguna de ellas? De pertenecer usted a alguna iglesia, ¿escucha enseñanzas u observa prácticas que parecen no armonizar con la Biblia? ¿Atribulan a su espíritu las contiendas, divisiones y competencias entre las diversas instituciones religiosas? ¿La rampante comercialización del evangelio; también de la música cristiana y de los puestos y oficios ministeriales? ¿Los frecuentes escándalos sexuales de personajes religiosos? ¿La patente hipocresía que empaña el testimonio de no pocos hombres, mujeres y jóvenes que profesan seguir a Cristo?
Indiscutiblemente, se justifican sus preocupaciones o críticas, pues el cristianismo de nuestra época está dividido en miles de sectas, movimientos y ministerios independientes a consecuencia de infinidad de creencias y prácticas contradictorias. Además, se multiplican, tanto entre el clérigo como en las feligresías, comportamientos sensuales, explotaciones materialistas y desatinos doctrinales, los que alejan a muchas personas de Dios. Pero, querida alma, usted que tiene sed de Dios, de la verdad, de vida eterna,¡la culpa no la tiene Cristo! ¿Verdad que no? El Señor fundó una sola iglesia, y no múltiples iglesias, o sectas cristianas, distintas en doctrina y práctica. Dijo, enfáticamente: "Edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18). “Iglesia”una, singular, y no plural.  
-Referente a la unidad de sus seguidores, la plegaria de Cristo por todos nosotros es la siguiente: "Para que sean uno... para que sean perfectos en unidad" (Juan 17:20-23). También el Espíritu Santo exhorta repetidas veces que estemos todos los creyentes perfectamente unidos. "Os ruego... que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer (1 Corintios 1:10). Por cierto, Dios abomina la división, clasificándola como una obra de la carne (Proverbios 6:19Gálatas 5:19-21Tito 3:10-11). 
-Respecto a la pureza moral y espiritual, Cristo describe a la iglesia que le agrada como “Una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:25-27). 
¿Quiere usted conocer a la iglesia que no es una secta cristiana creada por religiosos? ¿A la que es igual a la iglesia que estableció Cristo en Jerusalén, en Pentecostés, diez días después de su ascensión? (Hechos 2) ¿Imposible que exista en pleno Siglo XXI? ¿Por qué habría de ser "imposible"? El plano divino para su edificación, tal y como concebido en la mente de Dios, está revelado, con lujo de detalle, en la Biblia. Siguiéndolo fielmente ministros leales al Señor que se desempeñan como peritos arquitectos espirituales (1 Corintios 3:10), levantan, en cualquier lugar o época, la misma iglesia divina y pura, íntegra y sana, sin divisiones, que Cristo fundó. Muy amada alma engendrada por Dios (Hebreos 12:9), aunque tal iglesia usted no la haya conocido hasta este momento, miles de congregaciones han sido establecidas alrededor del globo terráqueo por "ministros competentes del Nuevo Pacto" (2 Corintios 3:6). Esta iglesia, distanciándose del sectarismo, tiene el firme propósito de ser una réplica exacta de la iglesia original en doctrina, práctica y vida espiritual. Cordialmente, le invitamos a examinarla imparcialmente, comparándola con el “templo santo en el Señor” que presentan los apóstoles por el Espíritu (Efesios 2:20-22). 
Un nombre bíblico
Nos llamamos "cristianos" (Hechos 11:26), no añadiendo adjetivos distintivos, los que diferencien o separen en denominaciones. Las congregaciones se identifican como "iglesias de Cristo", nomenclatura bíblica. "Las iglesias de Cristo os saludan" (Romanos 16:16). Algunos creyentes en la antigua Corinto decían: "Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo". El apóstol Pablo les preguntó: “¿Acaso está dividido Cristo?", así reprendiéndoles, y también llamándoles “carnales” (1 Corintios 1:12-133:1-6). Debidamente advertidos, no decimos “la iglesia del pastor Ricardo”, o el nombre que sea, ni seguimos a hombre alguno. 
Un credo infalible
Nuestro credo, o regla de fe, es la Biblia, único libro dado por Dios a la humanidad (2 Timoteo 3:16-17). Los credos emitidos por concilios ecuménicos, los catecismos, los manuales o disciplinas de fe y orden, ¿no son creaciones de hombres falibles? ¿No refuerzan y preservan las entidades religiosas que los autorizan y siguen? Preferimos hablar "conforme a las palabras de Dios" (1 Pedro 4:11), no yendo más allá "de lo que está escrito" en la Biblia (1 Corintios 4:6). Seguimos “una misma regla” (Filipenses 3:16), a saber, la de origen divino definida en el Nuevo Testamento. No vivimos “bajo el régimen viejo” del Antiguo Testamento sino“bajo el régimen nuevo del Espíritu” (Romanos 7:4-6). Nos rige la nueva “ley de Cristo” (1 Corintios 9:2), y no la antigua ley de Moisés. 
Cómo adoramos al “único Dios verdadero”

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