No Quiero que Se Una a Mi Iglesia

No Quiero que Se Una a Mi Iglesia Resumen Soy un predicador, pero nunca he pedido que alguien se una a mi iglesia o a la iglesia

Los predicadores dicen frecuentemente: “Venga y únase a mi iglesia”. En algunas partes del país, se puede ver letreros que dicen: “Asista a la iglesia de su elección este domingo”.
Le puede sorprender que, en los 33 años que he predicado, nunca he pedido que alguien se una a mi iglesia o he predicado que debe “unirse a la iglesia de su elección”. Aquí está la razón.
No quiero que se una a mi iglesia.
Mi intención no es sonar sarcástico, pero lo cierto es que no tengo ninguna iglesia a la cual alguien se pueda unir. La iglesia para la cual predico pertenece a otra Persona. Comenzó algo de 2,000 años atrás (el 33 d.C.), poco después que su fundador prometiera: “sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18).
Jesús es Dueño de Su iglesia (en el sentido universal) y de Sus iglesias (en el sentido local) [Apocalipsis 2-3]. Él pagó el precio (Efesios 5:25). Él es su Fundamento (1 Corintios 3:11), su Piedra Angular (1 Pedro 2:5-6) y su Cabeza (Efesios 1:22-23). La iglesia es Su esposa (Efesios 5:21-33); lleva Su nombre (Romanos 16:16). Llamarla “mi iglesia” sería reclamar a Su esposa como la mía.

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